Futurismo

El futurismo fue un movimiento artístico revolucionario suscitado en Milán, Italia en 1909 y fue encabezado por el poeta y dramaturgo italiano E.F.T. Marinietti. Las primeras manifestaciones de dicho movimiento se dieron en 1911 en la misma ciudad donde naciera, los seguidores futuristas proclamaban el culto a la máquina y a la velocidad, el amor al peligro, el hábito de la energía, la simultaneidad de las sensaciones y de las ideas que se suscitaban, la glorificación de la guerra, la libertad de la sintaxis y el rompimiento total con el pasado para de esa manera dar libertad a la naciente generación de artistas y literatos de la época.

Al grito de “Incendiemos los museos y las bibliotecas”, escritores, escultores y especialmente pintores futuristas como Boccioni, Balla, Carrá, Russolo, Severini y Soffici crearon obras delirantes, repitiendo las mismas figuras una y otra vez como forma de representación del movimiento futurista, logrando así, que el dinamismo fuera una de sus principales características. En la música, el futurismo se reflejo con la aplicación de la armonía estridente. En lo que a filosofía, política y moral se refiere, se dio la conciliación de los más opuestos ideales.

El futurismo buscaba ir mucho más aya del cambio artístico e intelectual, quería impactar en la forma de vida de todos los seres humanos, lo que significaba que tanto hombres como mujeres vieran en la guerra, la fuerza desmedida, la violencia y el peligro la mejor forma de vida y de esa manera poder constituir una sociedad moderna adaptada a los nuevos tiempos.

El futurismo desapareció casi en su totalidad alrededor de 15 años después de su integración como movimiento, aunque su culto a la fuerza y a la mecánica sobrevivieron al ser adoptadas como doctrinas de el entonces recién nacido fascismo del que Marinietti sería un integrante destacado.