Ejemplo de Retrato

El retrato es una figura retórica o recurso literario que se refiere a la descripción de una persona o personaje, tanto de sus rasgos externos (físicos) como de los internos (psicológicos, cualidades espirituales, morales o de carácter). Asimismo, puede tratarse también de la descripción de animales, cosas y lugares. Se le vincula con el semblante, que es el modo de mostrar en el rostro toda clase de sentimientos, tales como alegría, tristeza, enojo, etc., provocados por situaciones, acciones o momentos vividos.  

El retrato pertenece a las figuras retóricas de descripción, las cuales consisten en realizar una representación o descripción detalla y profunda de ideas o sentimientos del individuo para lograr hacerla muy real o vívida, pero también se refiere a la descripción de objetos, lugares y animales. El retrato se relaciona con las siguientes figuras retóricas de descripción al ser éste una combinación de las tres:

  • La prosopografía. Se ocupa de describir los rasgos externos de una persona; pueden ser estos faciales únicamente o del cuerpo entero. De igual manera puede tratarse de la descripción de características individuales externas de animales o cosas.
  • La etopeya. Describe los rasgos internos o psicológicos, morales, espirituales y conductuales de una persona.
  • La pragmatografía. Describe acciones, hechos y objetos.

Una de las funciones más importantes del retrato literario es la presentación y caracterización de un personaje, sea éste un individuo, un animal, cosa o lugar, lo cual es fundamental en las obras literarias. El retrato incorpora y va reuniendo diversas descripciones del personaje que ayudan a que éste se construya, sea cercano y creíble para el lector.

Los detalles superficiales que se describen en un retrato (los rasgos faciales y corporales, los pormenores de la vestimenta, los objetos o posesiones que rodean al personaje) no solo se acumulan sino que tienen un sentido y generalmente se relacionan y nos hablan de la interioridad del personaje o de sus circunstancias (su personalidad, su comportamiento, su situación económica o social, etc.).

Un buen retrato literario le da vida a un personaje y refleja los componentes más importantes de su “humanidad”. Asimismo, un buen retrato puede vivificar un objeto o un lugar y hacer que estimule la imaginación del lector.

Categorías de retrato literario

Retrato literario

  • Retrato estático. En él es más importante hacer una semejanza física del personaje (prosopografía); podemos saber cómo es su cabello o cómo lo peina, qué lleva puesto, cuáles objetos tiene cerca, etc.
  • Retrato dinámico. No necesita de la descripción física, aunque sí puede usarla también, para construir el carácter moral, espiritual, o psicológico del personaje o individuo, pues le da más importancia a las acciones, los gestos, los sentimientos, el comportamiento y otros datos del personaje o de lo que le rodea. Asimismo, esta descripción dinámica también puede ser de lugares, objetos o animales, lo cual permite ver un sitio de manera panorámica o completa.

El retrato en la literatura medieval

En los retratos biográficos medievales se detallaban las cualidades de manera jerarquizada dándole mayor importancia a describir cómo son las vidas de las personas o, en su mayoría, de personajes históricos, tales como reyes o santos, pero resaltando sus valores. Lo anterior se observa en las biografías religiosas del poeta y narrador Gonzalo de Berceo y en las Crónicas del poeta e historiador Don Pedro López de Ayala.          

El retrato en la literatura impresionista

En la literatura impresionista, el retrato tiene gran importancia ya que en ella se lleva a cabo la descripción que el escritor hará dependiendo de la impresión que le provoca un elemento en específico, el cual bien puede ser un objeto, lugar o ser vivo. En un poema o novela impresionista el autor detalla las palabras, reacciones y preferencias del personaje, así como también lo hace con las cosas o los lugares; sus colores, su belleza o fealdad, etc. Algunos autores impresionistas son: Jean-Arthur Rimbaud, Azorín y Marcel Proust.

10 ejemplos de retrato literario

Retrato en novela (5 ejemplos):

Capítulo I del Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes (2 ejemplos):

  1. “Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza (…)”

Este ejemplo se trata de un retrato estático donde predomina la prosopografía (descripción física).

  1. “Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo por lo menos del imperio de Trapisonda: y así con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dió priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo, fue limpiar unas armas, que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vió que tenían una gran falta, y era que no tenía celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que encajada con el morrión, hacía una apariencia de celada entera (…)”.

En este ejemplo se describe al personaje en cuanto a sus acciones y pensamientos y su condición económica. También se describen los objetos que el personaje tiene cerca y lo que hace con ellos, por tanto, se trata de un retrato dinámico con etopeya y pragmatografía.

Capítulo I de Madame Bovary de Gustave Flaubert (2 ejemplos):

  1. “El nuevo, que se había quedado en el rincón, detrás de la puerta, de tal modo que apenas se le veía, era un chico de campo, de unos quince años, y más alto de estatura que cualquiera de nosotros. Llevaba el pelo cortado recto sobre la frente, como un chantre de pueblo, y parecía formal y muy azorado. Aunque no fuera ancho de hombros, su casaca de paño verde con botones negros debía de molestarle en las sisas y dejaba ver, por las vueltas de las bocamangas, unas muñecas rojas habituadas a ir descubiertas. Sus piernas, con medias azules, salían de un pantalón amarillento muy tensado por los tirantes. Calzaba unos recios zapatos mal lustrados y guarnecidos de clavos”.

En este ejemplo predomina el retrato estático porque son, en su mayoría, descripciones del físico de un joven (prosopografía). 

  1. “Buen mozo, petulante, de los que hacen resonar las espuelas, con unas patillas unidas al bigote, los dedos siempre cubiertos de sortijas y vestido de llamativos colores, tenía trazas de bravucón y la animación fácil de un viajante de comercio. Una vez casado, vivió dos o tres años de la fortuna de su mujer, cenando bien, levantándose tarde, fumando en grandes pipas de porcelana, no volviendo a casa por las noches hasta después del teatro y frecuentando los cafés”.

Este ejemplo posee ambos tipos de retratos. Se habla del físico de alguien (prosopografía) pero predomina la descripción de su manera de ser (etopeya y pragmatografía) por lo que podemos saber qué tipo de persona es.

 La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela

  1. “Era un pueblo caliente y soleado, bastante rico en olivos y guarros (con perdón), con las casas pintadas tan blancas, que aún me duele la vista al recordarlas, con una plaza toda de losas, con una hermosa fuente de tres caños en medio de la plaza. Hacía ya varios años, cuando del pueblo salí, que no manaba el agua de las bocas y sin embargo, ¡qué airosa!, ¡qué elegante!, nos parecía a todos la fuente con su remate figurado un niño desnudo, con su bañera toda rizada al borde como las conchas de los romeros”.

En este ejemplo el retrato dinámico es de un lugar específico, el cual es aquí el que cobra importancia gracias a la prosopografía detallada.

Retrato en poesía (5 ejemplos):

  1. “Hermosa sin los amaños
    de enfermizas vanidades,
    tiene unos ojos castaños
    con un mirar sin engaños
    que infunde tranquilidades.

    Sencilla para pensar,
    prudente para sentir,
    recatada para amar,
    discreta para callar,
    y honesta para decir”
    (“La Montaraza” de José María Gabriel y Galán).

En la primera estrofa del poema hay un retrato estático por la descripción de los ojos de una mujer (prosopografía), en cambio en la segunda estrofa el retrato es dinámico; se describe su manera de ser y de pensar, con lo cual se puede ver tanto el carácter como la psicología (etopeya y pragmatografía).

  1. “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
    y un huerto claro donde madura el limonero;
    mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
    mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

    Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
    A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
    el traje que me cubre y la mansión que habito,
    el pan que me alimenta y el lecho en donde yago”.
    (“Retrato” de Antonio Machado)

Ambas estrofas muestran un retrato dinámico y estático a la vez. Se describe a una persona, su vida y su manera de ser pero también un poco del lugar donde nació, Sevilla.

  1. “Esta mujer extraordinaria servía a un amo que era su polo opuesto. Vivía enfrente de casa; era un señor silencioso y limpio; se acompañaba siempre de dos grandes perros; le gustaba plantar muchos árboles…Todos los días, a una hora fija, se sentaba en el jardín del casino, un poco triste, un poco cansado; luego tocaba un pequeño silbo”. (“El Solitario” de Azorín)

En esta estrofa el retrato del hombre es dinámico, predomina la descripción de las acciones del personaje (pragmatografía) y su carácter tranquilo (etopeya).

  1. “Como un árbol en la costa de los limones
    llevabas tus pequeños pechos leves
    hacia adentro del murmullo de su sangre
    de aquel dios.

    Y era tan esbelto
    fugitivo, el que mima a las mujeres.
    Dulce y ardiente, cálido como tu pensamiento,
    cubriendo con su sombra tu flanco juvenil
    e inclinado como tus cejas”.
    (“Sepulcro de una muchacha joven” de Rainer Maria Rilke)

En ambas estrofas de este ejemplo predomina el retrato estático al hacer una descripción, en su mayoría, física de un “hombre” y de una joven.

  1. “En las aguas profundas que acunan las estrellas,
    blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
    flota tan lentamente, recostada en sus velos...
    cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

    Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
    pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
    más de mil años ya que su suave locura
    murmura su tonada en el aire nocturno”.
    (“Ofelia” de Arthur Rimbaud)

En ambas estrofas hay tanto un retrato estático como uno dinámico; está la descripción física del personaje (prosopografía) pero también podemos ver cómo se mencionan sus acciones, la situación en la que está y lo que hay alrededor de ella (etopeya y pragmatografía).

¿Cómo citar? Del Moral, M. (s.f.). Ejemplo de Retrato.Ejemplo de. Recuperado el 26 de Septiembre de 2023 de https://www.ejemplode.com/12-clases_de_espanol/4486-ejemplo_de_retrato.html

Escrito por:
Mauricio del Moral Durán
Mauricio del Moral, fundador y creador de Ejemplo de, es un experto en enseñanza y un apasionado del ámbito educativo desde el año 2007. Ha dedicado una considerable parte de su vida profesional al estudio y al desarrollo de contenidos educativos en formatos digitales de alta calidad. Poseedor de una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, Mauricio es egresado de la prestigiosa Universidad Intercontinental.
Última modificación: 2017-04-29

Últimos 10 comentarios

  1. Tan importantes estos ejemplos de relatos, gracias.
    Por Nicol Mendez 2018-05-05 a las 19:40:07

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