Características Químicas Del Agua

El agua es el compuesto químico más conocido desde la remota antigüedad, y durante mucho tiempo se le consideró un elemento. Fue hasta 1783, cuando se demostró que el agua es producto de la combinación del hidrógeno y el oxígeno.

Las características químicas del agua, son las siguientes:

• Es químicamente neutra, su pH es de 7.
• Está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
• En condiciones normales de presión y temperatura, tiene el estado líquido.
• Su punto de fusión es de 0° C.
• Su punto de ebullición es de 100° C.
• Su peso atómico es de 18.
• Densidad: 1.
• Peso: 1g/cm³
• Disuelve la mayoría de las sustancias, por lo que se le llama solvente universal.
• Inodora
• Incolora
• Insípida

Las características del agua son punto de partida para determinar algunas características de otros elementos. Así, el agua tiene su mayor densidad a 4 °C. Este es el punto de referencia para determinar la densidad del resto de las sustancias y elementos. En esas condiciones, el agua tiene densidad 1. Además un centímetro cúbico de agua también a 4°C es el punto de referencia para establecer la unidad de peso del sistema métrico decimal. Un centímetro cúbico de agua pesa un gramo.

Otro punto de referencia establecido a partir de las características del agua, son los puntos de ebullición y de congelación que dan origen a la escala de temperatura en grados centígrados: estando a nivel del mar, el punto de ebullición del agua es la referencia para establecer el grado 100 de la escala centígrada; mientras que su punto de fusión, es decir, cuando pasa el estado sólido, son los 0 °C.

Desde el punto de vista químico, el agua es uno de los compuestos más importantes. En forma natural se le encuentra en estado líquido, sólido y gaseoso, dependiendo de las condiciones atmosféricas y de temperatura en que se encuentra. El 70 por ciento de la superficie del planeta, es ocupado por agua.

Como compuesto químico, es uno de los más estables, pues por encima de su punto de ebullición conserva sus moléculas completas a temperaturas de hasta 1600 °C, así como a temperaturas muy bajas, las cercanas al cero absoluto.

Al estar formada por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, el agua tiene características tanto de ácido (+H), como de base (-OH), por lo que en condiciones de pureza, el agua es neutra, es decir, no es ni ácida ni alcalina, pues se mantiene en equilibrio. Esto sirve para establecer el punto medio o punto de equilibrio en la escala de acidez o escala de pH, en la cual el agua pura tiene un pH de 7, es decir, es químicamente neutra.

La relevancia principal del agua en química es que disuelve la mayoría de las sustancias, por lo cual se le conoce como el solvente universal. En el agua se disuelve en sólidos como las sales, algunos óxidos y sustancias orgánicas; líquidos como los alcoholes y gases como el anhídrido carbónico, el ácido clorhídrico o el amoníaco. En muchas de las soluciones acuosas, una condición que influye en la solubilidad de las sustancias, es la temperatura. Al aumentar la temperatura, favorece la disolución de sólidos y líquidos; mientras que la disminución de temperatura, favorecer la disolución de los gases.

En estado puro, el agua no tiene olor, sabor ni color, es decir, es inodora, incolora e insípida. El agua pura es un mal conductor de la electricidad con características aislantes. Sin embargo, en condiciones naturales, el agua no se encuentra absolutamente pura. Siempre contiene disuelto cierta cantidad de gases, minerales, y otras sustancias que modifican en mayor o menor grado sus características de conductividad eléctrica y acidez. Estas dos características están relacionadas entre sí. Al contener disueltos metales, sales o gases, estos se disocian en iones que modifican la conductividad eléctrica del agua, haciéndola un electrolito. Esta condición eletrolítica del agua es necesaria para la vida, ya que muchas sustancias que necesitan los organismos, traspasan las membranas celulares al estar ionizadas en el medio líquido.

Para obtener agua pura, se hierve el agua y el vapor resultante pasa a través de un sistema enfriador donde se condensa, cayendo el líquido en otro recipiente. A este proceso se le llama destilación. Mediante la destilación, siempre que se mantenga controlada la temperatura de ebullición, el vapor de agua sale del recipiente mientras que otros elementos disueltos, al ser más pesados y de mayor punto de ebullición o de evaporación, permanecen en el fondo del recipiente, por lo que el agua resultante queda libre de las sustancias que tenía disueltas. Sin embargo, a veces hay algunas sustancias que permanecen después de la destilación, por lo que se hace un segundo proceso de destilación. Al agua producto de este proceso también se le conoce como agua bidestilada.