Bioética

La bioética se ocupa del estudio de los avances científicos y los posibles efectos que los experimentos o la aplicación de esos avances puedan tener sobre el ser humano, los animales o el medio ambiente.

El ser humano realiza muchas actividades con las que puede afectar o beneficiar a otros seres humanos. La medicina, el derecho, la política o la enseñanza son actividades en las que una persona puede influir, beneficiar o dañar a sus semejantes. Todas las actividades humanas tienen como fin principal beneficiar a otras personas en particular y a la sociedad en general. Aun en los casos en que no existen leyes que establezcan límites o impongan sanciones, los especialistas han procurado buscar el beneficio de los demás mediante una serie de reglas, valores y comportamientos para con los demás, a los que se les llaman principios éticos.

A diferencia de los principios legales, que son obligatorios, vinculantes y su incumplimiento lleva una sanción, los principios éticos son principios voluntarios, que se cumplen por cada persona, pero no son obligatorios y su falta de aplicación o su transgresión no está sancionada.

Los principios éticos pueden ser de dos tipos: personales y consensuales.

Ética personal

La ética personal son los principios de ejercicio profesional que realiza una persona individualmente para el trato y respeto de las personas a quienes atiende.

Ética consensual

La ética consensual o ética civil, son reglas que establecen los profesionales de un área del conocimiento, y que sin ser vinculantes, se establecen como las reglas mínimas que deben cumplir los miembros de esa profesión, como por ejemplo el juramento hipocrático para los médicos o el decálogo del abogado para los profesionales del derecho.

Durante el siglo XX se dieron avances muy grandes en el terreno de la investigación científica, los cuales afectan no sólo al ser humano, sino a toda la naturaleza y sus recursos: animales, plantas, tierras cultivables, ríos, lagos y mares. Se descubrió que muchos de esos avances perjudican al ser humano y al resto de seres vivos, y también que los avances científicos avanzan mucho más rápidamente que la creación o actualización de las leyes que los regulen.

La bioética son los principios guía con los que los científicos buscan que los descubrimientos y avances realizados respeten al ser humano y al resto de formas de vida y los recursos naturales. En este sentido la bioética abarca muchas áreas de la actividad humana relacionadas con la vida: medicina, biología, genética, farmacología, química, entre otras.

Se han establecido principios éticos generales, llamados principios mínimos, que se requiere a todos los científicos que los aplique, y los cuales están pensados para permitir el avance de la ciencia, y a la vez evitar daños graves ocasionados por el uso o mal uso de esos descubrimientos.

Hay varias reglas de bioética que se han consensado en diversos congresos científicos en todo el mundo, algunas de la cuales sólo una parte de los científicos está de acuerdo, principalmente por intereses económicos.

Valores o principios de la bioética

Los principales valores o principios de bioética que se han establecido en las comunidades científicas, son las siguientes:

Principio del consentimiento informado

Este principio se refiere a que toda persona que está sujeta a un tratamiento médico o que será parte de un experimento científico, debe estar informada de qué procedimiento se va a realizar, qué sustancias va a tomar, los beneficios que se esperan obtener del tratamiento y los riesgos, potenciales y reales que tiene el consumo de alguna sustancia o la realización de cierto procedimiento.

Principio del máximo beneficio

Este principio  se refiere a que en caso de contar con dos opciones de investigación o tratamiento médico, se debe optar por el tratamiento que ofrezca el mayor beneficio para la investigación, o el que ofrezca lo mejor para el individuo. En el caso de los tratamientos experimentales, va emparejado con el consentimiento informado, para que el paciente pueda elegir el tratamiento que considere adecuado.

Principio del mínimo daño

Al igual que el principio anterior, este evalúa el daño potencial al paciente, al objeto de estudio o al ambiente. Si se sabe que un experimento puede causar daños graves al ambiente, o que en las condiciones de un enfermo un determinado tratamiento lo dañaría gravemente, la regla es evitar realizar esos procedimientos. En el caso de que sean condiciones con iguales beneficios, se debe evaluar cuál es la que provocaría el mínimo daño.

Estas dos reglas generalmente se evalúan juntas para poder determinar las condiciones óptimas de experimentación o tratamiento. Estas reglas se aplican también cuando se considera el ensayo de fármacos en animales, antes de su estudio y aplicación en seres humanos,  evaluando condiciones como el sufrimiento de los animales, tasas de mortandad, deformaciones o mutaciones; esto es considerado sobre todo por la regla del mínimo daño, para evitar realizar experimentos posiblemente peligrosos en seres humanos.

Principio de igualdad y justicia

Este principio se refiere a que los avances científicos se deben aplicar y ponerse a disposición de todas las personas, sin excepción. También establece que la labor de los científicos debe estar encaminada a promover la convivencia, respeto y superación de la sociedad, y por lo tanto, evitar que sean usados como un factor de discriminación, ventaja tecnológica o para destruir a una persona o grupo.

Principio de libre acceso a los avances científicos

Relacionado con el principio anterior, se promueve el principio de que todas las comunidades científicas y las personas interesadas, puedan tener libre acceso a los datos de las investigaciones para su estudio, aprendizaje y uso para beneficio del género humano. Sin embargo, este principio es objetado principalmente por las industrias que hacen todo tipo de investigación biológica (farmacéuticas, ingeniería genética, industrias de investigación de alimentos, etc.), ya que argumentan que al invertir gran cantidad de recursos en las investigaciones, los resultados son de su pertenencia, por lo que son sujetos de ser patentados, y ellos elegir a quién se los venden o los comparten. Esto afecta, entre otros, a los medicamentos, ya que al existir tratamientos más eficientes, pero con una patente que limita su fabricación por otros laboratorios, el beneficio de esos fármacos llega sólo a quienes pueden pagar los precios que marcan las farmacéuticas.

Principio de protección al ambiente, flora y fauna

Con este principio se busca establecer que las investigaciones  científicas y los productos que obtienen, no sean dañinos al medio ambiente, que los que ya se conocen, no se usen o se limite su uso sólo a lo indispensable, y evitar continuar investigaciones que muestran  que serán ambientalmente perjudiciales, así como evitar el derrame de sustancias peligrosas en el medio ambiente. También implica una vigilancia sobre los organismos producto de la ingeniería genética (organismos genéticamente modificados), para evitar que produzcan alteraciones graves en las poblaciones naturales que lleven a su alteración o extinción.

Estos principios son consensados por los grupos científicos y no todos pueden estar de acuerdo con ellos. La idea de estos no es detener el avance de la ciencia, sino principalmente evitar el mal uso de los descubrimientos, ya sea para dar ventaja a grupos o países, o para provocar destrucciones ambientales o genocidio.

Algunos de los problemas que aborda la bioética, es, por ejemplo, la necesidad de la experimentación con animales, su justificación en el caso de investigación médica, y qué tan ética resulta respecto a otras investigaciones, como las de cosméticos.

También aborda problemas como la clonación de seres humanos y la manipulación de su material genético, el grado de beneficio para la humanidad en general y qué límites se deben establecer a la manipulación genética.