Nihilismo

Nihilismo proviene del término en latín “nihil”, que significa “nada”. Hace referencia a una corriente filosófica en la que se niega todo sentido y valor a la vida.

El más grande exponente del Nihilismo es el alemán Friedrich Nietzsche, quien hizo un análisis de la cultura occidental; todos sus valores, como el bien, la verdad, la virtud y Dios, que fueron impuestos por el cristianismo, son evasiones de la vida evidente que se presenta ante los sentidos. Son fundados en algo inexistente, en la nada. Nietzsche decía que cuando tales valores se derrumben, el nihilismo llegará consecuentemente a la sociedad occidental, la que será testigo de la muerte de Dios.

Friedrich Nietzsche

El Nihilismo representa que los valores supremos dejan de tener validez, y el hombre va a entrar en una decadencia y un agotamiento. Será, según el filósofo, el tiempo del último hombre.

Sin embargo, a pesar de todos los pronósticos destructivos, Nietzsche aprecia también un aspecto  positivo del nihilismo, basado en que, dada la incapacidad de la cultura para guiar al hombre europeo, éste va automáticamente a un punto donde tiene que buscar otras formas de solución. En ese momento, se activan las fuerzas activas de la vida y no las negativas.

Nietzsche, en su obra “Así habló Zaratustra”, se manejan dos tipos diferentes de Nihilismo:

El primer tipo es el Nihilismo Positivo o Nihilismo Activo, que propone la destrucción de todos los valores vigentes, para su sustitución por otros completamente nuevos; fenómeno llamado “transmutación de los valores”, que va a propiciar la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para la renovación del “sentido de la Tierra”, y la aparición de una nueva moral y un nuevo hombre, el superhombre.

El segundo tipo es el Nihilismo Negativo o Nihilismo Pasivo, en el que tras la muerte de Dios, y después de un pensamiento apegado a las figuras sobrenaturales y espirituales para darle sentido a los valores que regían su vida, el hombre comienza a actuar en forma destructiva, pues todo estaría permitido sin algo que impusiera sentido a los valores.

Uno de los filósofos que utilizó la palabra Nihilismo en un principio, fue William Hamilton. Él consideró que el nihilismo era la negación de la realidad sustancial, material. Este nihilismo del que hablaba adquirió luego el nombre de Nihilismo Epistemológico, bien diferenciado de otros tipos como el nihilismo moral, que niega que hay principios morales válidos, y el nihilismo metafísico, que representa la negación de la realidad, tal cual.

Bakunin, filósofo ruso, que incursionó en un nihilismo con raíces psicológicas, sociales y religiosas, mostró una expresión radical de éste, afirmando que sólo la destrucción es creadora.

El alemán Martin Heidegger recogió el nihilismo Nietzscheano, para tratar de la destrucción de la metafísica occidental. Heidegger trató al nihilismo como el estado en el que “no queda nada del ser en sí”, y argumentó que el nihilismo se apoya en un reduccionismo del Ser a un cierto valor.

Martin Heidegger

Otros autores como Bataille y Cioran han seguido el nihilismo. Sobre todo Cioran, que adoptó la idea de la descomposición.